
Por la mañana, nada más levantarse, temprano en la esfera del reloj. O quizá no tan temprano, aquellos días en los que las circunstancias lo permiten. Después de comer, sentado tranquilamente en el sofá sin importar lo más mínimo el transcurrir de los minutos. O cuando lo necesites, cuando más te plazca y porque sí. Solo o en compañía. ¿Qué más da? En realidad cualquier momento es bueno, perfecto e indispensable.
Hablo de escribir, por supuesto. Eso sí, siempre con un buen café en la mano.
Hablo de escribir, por supuesto. Eso sí, siempre con un buen café en la mano.
"No se puede leer una cosa así sin llevar los labios pintados"
ResponderEliminar(Audrey Hepburn...)
Bienvenida a la blogosfera!
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